Con cautela nos acercamos, con sigilo lo exploramos y con alegro nos marchamos.
Un lugar para soñar, un lugar para recrear, un lugar para meditar pero también, un lugar para llorar.
La suerte le ha sonreído, pensamos, pues no entero está abandonado,
todavía un edificio en uso se ha conservado, aunque la capilla, y
otra edificación la han dejado.
En distintos años se ha deshabitado, en 2002 le toco a una parte, y en 2012 otra se ha abandonado.
Será cuestión de tiempo, que cierre al completo.
Quizás por estar tan alejado, se ha salvado de vándalos, quizás debido a
su reciente fecha de abandono, pero lo que está claro, es que de lo
que no se va a salvar, va a ser de nuestro vendaval, un vendaval de
miradas, fotografías y lo más importante de melancolía, melancolía que
se siente al acceder a un lugar, donde hubo vida, y ahora solo hay
oscuridad, oscuridad que te envuelve, que no te deja ver, oscuridad que
te hace remover, remover en un pasado, todavía hoy cercano, que con el
tiempo se irá alejando hasta ser un recuerdo destrozado.
Sus gélidas paredes nos trasmitían dolor, dolor que fue cambiando hasta
ser algo angustiado, que se mezcló con el terror y finalmente...¡puf!,
¡estalló!


















Buenísimo; un abandono genial!!
ResponderEliminarOjalá se conserve así por mucho tiempo!
Gracias!
EliminarExcelentes fotografías Jesús ! y el lugar simplemente una pasada !
ResponderEliminarEl sitio es una pasada, sí :-)
EliminarGracias!
Impressiona de facto.
ResponderEliminarTantos recursos abandonados.
Boas fotos.
J.C.Nogueira
Impolutas fotografias.
ResponderEliminarSaludos.